Es tan difícil mantener la calma ante la hipocresía propia. Engaños de una mente intolerante que sabe sonreír sin alegría. El tiempo pasa, y aún seguimos iguales, sin cambio, con la misma idea de renovar lo caduco pero sin dejarlo a un lado, apoyándonos en él. La soledad del grande es difícil de soportar. El arrebatamiento del pequeño es la pauta general. Cuando los maestros nos veían caminar, decían: "¡Éstos son los ídolos del futuro! Aquellos que prometerán lo que no tienen." Pero surgirá entre ellos el sabio(a), que dará testimonio de la grandeza humana. Será un árbol solitario. Pero su grandeza será reconocida por muchos. Los otros, seguirán con la cabeza hundida en el barro. El cielo se acercará a los individuos(as) y ellos verán la luz que refluye más allá de las tinieblas del yo pequeño.
VAHANIASA (siglo III).
Foto: Lejanías (sergio).
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