Nos sentamos esa mañana en la escalinata del viejo templo. Estabamos solos. Entre la maleza, surgió un hombre delgado y muy alto.
- ¿Venís a visitar el templo?- preguntó.
-¿Quién eres?
-Pasad, pasad...
Mientras caminabamos por el sendero de piedra sentimos una extraña fuerza que nos envolvía.
Luces, silencio envuelto de vibraciones sutiles.
Las viejas paredes del templo atraparon nuestros sentidos. En su interior, la penumbra invitaba a la calma, a la pérdida de lo banal.
Ráfagas de colores, aparecían y desaparecían en el aire.
Entramos a una sala llena de monjes. Cantaban mantras.
Nos unimos al grupo y estuvimos entonando cánticos hasta entrada la noche.
La luz cegadora nos despertó.
El sol de mediodía castigaba de manera despiadada.
Estábamos en el mismo lugar donde habíamos encontrado a ese señor.
Pero..., no había templo. Sólo árboles y un delgado río.
-Es mediodia- dijo mi amiga.
-¿Donde estamos- pregunté.
-En Shanta Pradess- respondió, extrañada por mi pregunta.
-¿Lo hemos soñado?
Ella me miró con duda en sus ojos y señaló la tierra.
-Mira... un mensaje. ¿Lo has escrito tú?
"DEDICA TU ATENCIÓN A LO QUE REALMENTE IMPORTA.
NO PIERDAS TU TIEMPO..."
Tomé la mano de mi amiga, con actitud amistosa le dije, sonriendo:
-Vamos al asrham (comunidad espiritual), vamos a meditar y a compartir con las otras personas la sensación de entrar en el gran espacio...
No perdámos el tiempo...
PINTURA: PIEDRA SONORA DEL TEMPLO DE JADE
AUTORA: CARMEN
